Llega un borracho a las 3 de la madrugada y la mujer le pregunta:
– ¿Qué horas son estas de llegar?.
Y el borracho contesta:
– ¿Quién dijo que ya llegué?, si sólo vine a por la guitarra.
Una mujer se levanta por la mañana, despierta a su marido y le dice:
– Cariño, he tenido un sueño maravilloso. He soñado que me regalabas un collar de diamantes por mi cumpleaños. ¿Qué querrá decir?.
El marido le contesta:
– Lo sabrás en tu cumpleaños.
Llega el día del cumpleaños de la esposa y el marido entra en casa con un paquete en la mano. La mujer, emocionada, se lo quita de las manos, rasga nerviosa el papel, abre rápidamente la caja y encuentra un libro titulado: “El significado de los sueños.”
Estaba un borracho en una esquina, cuando una mujer pasa caminando, el borracho la observa y le dice:
– ¡Adiós fea!.
La mujer indignada se da media vuelta y le dice:
– ¡Borracho!.
El borracho con una sonrisa le dice:
– Sí, pero a mí, mañana se me pasa.
Esto era uno que iba con su Ferrari a 260 km/h y la policía le hace el alto.
El policía le dice:
– ¿La documentación?.
El conductor le responde:
– No tengo.
– ¿Los papeles del coche?.
– El coche es robado.
– ¿Me deja ver su guantera?.
– No, tengo una pistola.
– A ver su maletero, por favor.
– Llevo tres muertos.
El civil no sabe qué hacer, y llama al comisario jefe.
Llega el comisario al sitio del suceso, habla con el conductor, y le dice:
– ¿La documentación?.
– Sí, tenga.
– ¿Los papeles del coche?.
– Tenga, son estos.
– ¿Me deja ver su guantera?.
– Sí, mire, usted mismo.
– ¿Puede abrir su maletero?.
– Mire, tengo los triángulos y todo lo obligatorio.
El comisario salta:
– ¡Pero si el policía me ha dicho que no tenías documentación, que no tenías los papeles, que llevabas una pistola, y que llevabas tres muertos en el maletero!.
Y el conductor exclama:
– Y también te habrá dicho que iba a 260 Km/h, ¿no?.
– ¿Ya sabes que el jefe se ha muerto?
– Sí, pero quisiera saber quien fue el que falleció con él.
– ¿Por qué lo dices?
– ¿No leíste la esquela que puso la empresa: “…y con él se fue un gran trabajador…”?
Un hombre se marcha de viaje y le encarga a un amigo que cuide de la casa y de su familia, puesto que estará varios meses fuera del país.
El amigo va a buscarle a su regreso al aeropuerto, y después de saludarse, pregunta el hombre:
– ¿Y la casa?. ¿Qué tal?. ¿Ha habido algún problema?.
Y responde el segundo:
– Bueno… lo siento mucho, pero… se te ha muerto el loro.
– ¡Vaya por Dios!. ¡Con el cariño que le había cogido a ese pobre animal!. ¿Y sabes de qué murió?.
– Pues sí… se tuvo que morir abrasado, cuando la casa se incendió.
– ¡Pero qué me dices!. ¡Mi casa!. ¡Con lo que había ahorrado para comprarla!. ¿Cómo pudo prenderse fuego?.
– Me imagino que tuvo que ser una vela, que prendió fuego a las cortinas y después el fuego se propagó por toda la finca.
– ¿Una vela?. ¡Pero qué dices!. ¡Si en casa no tenemos velas!.
– Ya… ¡pero no querrías que hiciéramos el velatorio de tu mujer con las luces del árbol de Navidad!.
El hombre, cada vez más alterado, responde:
– ¿Que mi mujer ha muerto?. ¡No es posible!. ¡No puede ser!.
– Hombre, ten en cuenta que el shock de ver a tus dos hijos ahogados en la piscina, no lo resiste cualquiera…
El hombre ya no lo puede resistir y rompe a llorar en el suelo. El otro le mira y le dice:
– ¡Jo!. ¡Tampoco hace falta ponerse así por un loro!.