CULTURA/MÚSICA/ESPECTACLES/J. M. POLO
“Lo fuerte es que, aunque no hablamos el mismo idioma o ni siquiera hablamos en algunos países porque no nos entendemos, bailando llegas a acuerdos y puntos en común que son una pasada, porque es un lenguaje universal muy bonito.
Yo creo que nosotros tenemos un imán positivo y dónde viajamos vemos esa positividad del sitio.
Con nuestro espectáculo queremos mandar el mensaje que culturas diferentes se interrelacionan, funcionan, interactúan y se crean cosas nuevas, porque la diferencia es algo positivo con el que jugar, bailar y comunicarse.”. Brodas Bros.
Buenas tardes, qué tal ¿cómo estáis?
Hola, buenas. Muy bien, aquí con los nervios antes de la función.
Antes de nada, felicitaros por el nuevo integrante de la compañía.
Muchas gracias
Me gustaría preguntaros como estabais después de este duro confinamiento. ¿Cómo está siendo este retorno?
La verdad es que pasamos tres meses muy complicados, porque teníamos una gira brutal con el AROUND THE WORLD y se cayó todo de golpe, y el choque psicológico yo creo que fue lo más duro. Y después, gracias a tener esa gira ya como muy planteada, pudimos estrenar el AROUND THE WORLD en el teatro Victoria el verano pasado con el festival Cruïlla. Y a partir de ahí, la verdad que las actuaciones se nos han diluido durante todo el año, y hemos podido seguir trabajando. Yo creo que eso ha hecho que sigamos activos y que tampoco estemos fatal. Muchos bolos se han pospuesto y, entonces, tuvimos un par de meses dónde teníamos los fines de semana en tres ciudades diferentes. Nuestra vuelta ha sido guay, porque los teatros (a pesar del aforo) se están llenando y vemos que la gente tiene respuesta, por lo que estamos muy contentos de volver a hacer AROUND THE WORLD. Nos da pena que vamos a ciudades y nos ve la mitad de gente de la que nos podría haber visto, porque se llenan en seguido y te vas de allí con esa pena. A la vez, las actuaciones son muy emotivas, porque tienen algo diferente de antes y al principio pensábamos que con la mascarilla sería todo muy raro, pero nos tenemos que adaptar a esta realidad y la gente realmente está muy participativa.
Además, este espectáculo es muy especial no solamente para vosotros sino también para el público, no solo porque utilizáis mucho más las tecnologías, sino porque es un recorrido por toda vuestra historia. ¿Cómo lo describiríais esto?
Que realmente, si nos hubieran dicho que venía la pandemia y que nadie podía viajar, es que hubiéramos montado este espectáculo. Entonces, claro, se montó un año antes y al hacerlo y decirle a la gente que viniera a conocer nuestra vivencias, el público reacciona el muy bien. Hay tres puntos del espectáculo que parecen hechos a posta post-confinamiento, y dices: “las cosas como cuadran…”.
Como artistas, ¿cómo valoráis la cultura en los diferentes países que habéis bailado?
Cada uno súper diferente, y hay experiencias en cada país que son de ese país y no nos han pasado en otro sitio. Fuimos a Haití y recuerdo que es la vez que hemos visto los bailarines de Freestyle más increíbles del mundo, dónde nos tocó batallar para subir al escenario (porque no nos dejaban). África también muy bestia, Japón también… Yo creo que en cada país hay dos cosas que varían: el público, que tienen maneras de reaccionar al espectáculo y la condición dónde nosotros hacemos el espectáculo (el teatro, en la calle…). Estas dos cosas hacen que cada sitio sea especial y diferente.
Esto abarca la magnitud de la cultura urbana, que también es muy interesante.
Lo fuerte es que, aunque no hablamos el mismo idioma o ni siquiera hablamos en algunos países porque no nos entendemos, bailando llegas a acuerdos y puntos en común que son una pasada, porque es un lenguaje universal muy bonito.
Algo muy interesante que me ha chocado un poco en vuestro espectáculo, es cómo abordáis el papel de Palestina. Es decir, como se representa la mujer en este papel.
La verdad es que, para mí, es mi coreografía favorita de este espectáculo.
He tenido bueno ojo, ¿no?
Sí, has ido a dar al punto. Cuando fuimos allí fue duro, porque fue muy duro ver la realidad que vivían allí. Hubo un medio de comunicación que vino a entrevistarlas a ellas y quería sacar esa parte de que las mujeres allí no pueden ir vestidas como quiera, ni pueden tomar decisiones por sí solas. Pero nosotras nos encontramos muy bien acogidas y conocimos a muchas mujeres que vivían allí y eran ellas las que decidían si llevar velo o no (ellas tenían la libertad de decidir). Por lo tanto, cuando nos vino la entrevista, nosotros estábamos viviendo una realidad tan diferente… También nos chocaron otras cosas, como que por ejemplo en el teatro no habían escaleras…Nos dimos cuenta que era una realidad el hecho de no poder pasar el muro, porque aunque la gente sea feliz y viva la cultura, sigue habiendo una realidad que podemos dejar de lado, y no hay escaleras para que la gente no las pase. Yo creo que nosotros tenemos un imán positivo y dónde viajamos vemos esa positividad del sitio. Chocaban mucho militares o que había un montón de edificios medio en ruinas, o que escuchabas algún bombardeo, pero nos quedamos extrañados que la gente no vivía allí con miedo (o, al menos es la sensación que nosotros teníamos) y disfrutaba del “aquí y ahora”. Y con todo lo positivos que somos y todo lo que te estamos contando, creo que es la primera coreografía que dejamos que no acabe con final feliz, porque es como dramática para nosotros…
Además, se nota mucho…
Es que fue dramático, y cuando estás allí y lo vives es diferente a cuando lo ves por la televisión. Y aunque nosotros siempre somos de acabar con la sonrisa, teníamos que terminar esta coreografía de una manera diferente.
Con este espectáculo, ¿Qué mensaje queréis dejar a vuestro público?
Si pudiéramos mandar un mensaje de que no hay fronteras… Es que ahora mismo, con todo esto, hemos vuelto muchos años atrás y si pudiéramos mandar eso de que las culturas diferentes se interrelacionan, funcionan, interactúan y se crean cosas nuevas, porque la diferencia es algo positivo con el que jugar, bailar y comunicarse.
Lo que me parece a mí más interesante de vuestra compañía es que no es solo danza, sino cómo jugáis con la escenografía, con el papel social y político, etcétera. Lo queréis abordar todo y lo mejor es que conseguís que el mensaje se entienda.
Si es verdad que no es solo baila por baile. Nos gusta mucho contextualizar la danza y dejarla un poco abierta de que no estamos explicando una historia concreta. Mantenemos ese aire de que sea para todos los públicos y cada persona lo entienda de una manera diferente, aunque con un mensaje claro. Lo más guay de AROUND THE WORLD es que nos gusta mucho comunicarnos con el público, que aunque ahora no podemos, es interesante conocer la opinión de la gente.
Algo que no os he preguntado es el sentimiento de volver a pisar escenario. ¿Cómo describiríais este sentimiento?
Muy fuerte. Además fue fuerte el hecho de que tu mente estaba al 300% y el cuerpo no. Tuvimos que prepararnos, pero el día del estreno no llegábamos al final del espectáculo. Fue muy emotivo porque volvimos al escenario dónde se creó Brodas Bros, porque antes éramos solo Brodas.
Con esto, ¿cuáles creéis vosotros que son los adjetivos que mejor os definen?
Enérgicos, positivos y mediterráneos (porque engloba todo lo que somos –calientes, cercanos, que nos gusta compartir–).
¿Qué ha sido lo más complicado de este número?
Tener mucha paciencia, porque la tecnología requiere su tiempo. La empezamos a entender y, claro, este espectáculo se ha creado en un año entero, que normalmente solemos hacer tres meses. Las cosas funcionan, pero para que funcionen tenemos que estar muchas horas.
Con esto solo me queda agradeceros que nos hayáis invitado. Yo tengo muchísimas ganas de volver a ver el espectáculo y os deseo muchísima suerte en toda vuestra trayectoria, porque es muy interesante.
Muchas gracias…
J. M. Polo.
