CRISTINA REDONDO/OPINIÓ/TRIBUNA.Creo que la comunicación se ha prostituido hasta tal punto que cualquier persona puede convertirse en creíble por el hecho de tener visibilidad. El poder que la comunicación tiene sobre la población es absoluto, por ello me da pánico, el hecho de que existan medios de comunicación que ofrezcan columnas para publicar a personas cuya única virtud sea disponer de un gran número de seguidores en las redes sociales.
En la mayoría de estos casos, me doy cuenta de que dichos personajes no disponen de una gran número de seguidores en redes sociales de forma natural, “orgánica” en argot social media, sino que la mayoría de ellos han pagado para obtener seguidores y likes a cambio de una cuota mensual en una empresa con un programa informático que se encarga de generarles seguidores. Estos seguidores son normalmente cuentas fantasmas, creadas con la única finalidad de alimentar dichos negocios, con generación de Likes y Followers.
Estamos presenciando el crecimiento de una burbuja en la comunicación de masas, al igual que se generó una burbuja inmobiliaria años atrás. La diferencia es que ahora especulamos con la información, y es ese factor el que genera más terror. Si somos capaces de frivolizar con las herramientas de comunicación de dicha manera, ¿qué tipo de sociedad de la información podemos esperar en el futuro?
Personalmente he dejado de seguir muchas marcas, y marcas de gran proyección y en las que se invierten muchos millones en presupuestos publicitarios, por toparme con personajillos que se autodenominan “influencers” representándolos. La falta de know how de dichas personas como “no profesionales de la comunicación”, la poca ética profesional así como los continuos errores de comunicación durante sus publicaciones, no ha provocado sino que mi rechazo más absoluto, no sólo hacia ellos como personajes públicos sino también hacia la marca que los contratan. Para mí la credibilidad consiste en algo más que disponer de Followers comprados.
Quienes tenemos la oportunidad de dirigirnos a un público amplio, debemos asumir nuestra responsabilidad social, y, ante todo, debemos comunicar de acuerdo a una ética profesional, y a unos códigos de profesionalidad que, sobretodo, buscan el respeto basados en los fundamentos de la comunicación, y en ningún caso, hacer uso de la desinformación para obtener un beneficio económico.
El control de las masas a través de los medios de comunicación es algo que siempre ha generado mucha controversia. Pero, si bien es cierto, que el status quo sólo permite la credibilidad en la comunicación si se ejecuta desde una profesionalidad real, y no comprada con cuotas mensuales que nos regalan likes y Followers. Es decir, desde la veracidad y la transparencia informativa, respetando al receptor y a la sociedad que pertenece, pero sobretodo,
respetando su derecho a una información de calidad, auténtica, y por lo tanto, totalmente creíble.
__________________________________________
I believe that the communication has prostituted up to such a point that any person can turn in credibly for the fact of having visibility. The power that the communication has on the population is absolute; it gives me panic, the fact that there exist mass media that offer columns to publish persons whose unique virtue should be to have a great number of followers in the social networks nets.
In the majority of these cases, I realize that the above mentioned prominent figures have not one great number of followers in social networks nets of natural, “organic” form in social slang it happens, but the majority of the followers have paid to obtain and likes in exchange for a monthly quota in a company with an IT program that it they takes charge generating followers. These followers are normally accounts ghosts, created with the unique purpose of feeding the above mentioned business, with generation of Likes and Followers.
We are attending the growth of a bubble in the communication of masses, as a real-estate bubble was generated years behind. The difference is that now we speculate on the information, and is this factor the one that generates more terror. If we are capable of play with the tools of communication of the above mentioned way, what type of society of the information do we can wait in the future?
Personally I have stopped following many brands, and brands of great projection and in that many millions are invested in advertising budgets, for running up with people that they are auto named “influencers” representing them. The lack of know-how of the above mentioned persons as “not professionals of the communication “, small professional ethics as well as the continuous mistakes of communication during them publications, has not provoked but my more absolute rejection, not only towards them as public prominent figures but also towards the brand that they them contract. For me the credibility consists of something more that to have bought Followers.
Who we have the opportunity to go to a wide public, we must assume our social responsibility, and, first of all, we must report in agreement to a professional ethics, and to a few codes of professionalism that, overcoat, look for the respect based on the foundations of the communication, and in no case, use the disinformation to obtain an economic benefit.
The control of the masses across the mass media is something that always has generated many controversies. But, though it is true, that the status quo only allows the credibility in the communication if is executed from a real professionalism, and not bought with monthly quotas that give them likes and Followers. That is to say, from the veracity and the informative transparency, respecting to the recipient and to the company that concerns, but overall, respecting their right to an information of quality, certification, and therefore, totally credible.
