CRISTINA REDONDO/OPINIÓ/TRIBUNA. Creo que a nuestra sociedad le faltan valores. Sin embargo, en ocasiones, sucede algún hecho cercano que me hace creer que la sociedad está cambiando para mejor.
Este cambio lo he percibido sobretodo, a través de la muerte de Pablo Ráez, ese chico que ha luchado contra su leucemia duramente y al que todos tenemos muy presente estos días.
Sin embargo, no deja de parecerme curioso, porque apenas percibo conmoción por lo que está pasando en Oriente Medio; creo que no nos hemos movido mucho por ayudar a las personas refugiadas y que nos importa muy poco la falta de recursos de aquellos que podamos tener cerca. Sin embargo, con la lucha contra la leucemia de Pablo Ráez he observado una conmoción social muy sentida.
Seguramente, que todos conocemos a alguien cercano, sabemos de algún conocido de conocido, o tenemos algún familiar, que, desgraciadamente ha vivido una enfermedad de este tipo o de difícil superación también. Seguro que este hecho nos provoca una mayor empatía y nos hace más cercana la experiencia de Pablo, y quizás por eso, nos haya conmovido más a todos.
He leído muchas noticias al respecto estos pasados días, y, parece ser, que el hecho de que Pablo compartiera su dura experiencia en redes sociales, así como, la campaña que llevó a cabo, para dar más visibilidad a la necesidad de donar médula, provocó que se dispararan las donaciones de médula en toda España. Esta semana ha vuelto a suceder. Con su muerte, las donaciones de médula han aumentado considerablemente.
Esta circunstancia, me hace pensar en un hecho muy básico y lamentable a la vez. Realmente creo que existe una necesidad vital de sentir cercano el dolor, para reaccionar ante ese dolor. Me refiero a esa necesidad, quizás surgida del egoísmo de supervivencia humana, de sufrir en primera persona una fuerte conmoción, o impacto sobre un hecho, para que tengamos que reaccionar ante una situación injusta o dolorosa.
Quizás con el ejemplo de Pablo todos los hemos vivido tan cercano, a través de las redes sociales y medios de comunicación, que ello nos ha llevado a ese grado de empatía tan alto que mueve a la reacción, y en este caso en concreto, a que hayan aumentado las donaciones de médula.
Ante un hecho tan negativo, como la muerte por enfermedad de una persona, quiero quedarme con el hecho positivo de que si estamos cambiando como sociedad, significa que también estamos cambiando como individuos y, esperanzada, pienso que quizás estemos recuperando esos valores tan necesarios y humanos que, como sociedad, una vez perdimos.
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I think our society lacks values. However, sometimes there is a fact that makes me believe that society is changing for the better.
This change I perceived above all, through the death of Pablo Ráez, that boy who has fought against his leucemia hard and to which we all have very present these days.
However, it does not cease to seem curious, because I hardly feel commotion by what is happening in the Middle East; I think we have not moved much to help refugees and that we care very little about the lack of resources of those that we can have close. However, with the fight against the leucemia of Pablo Ráez, I have observed a very felt social commotion.
Surely, that we all know someone close to us, we know of some known acquaintance, or we have some relatives, who, unfortunately, have lived a disease of this type or difficult to overcome as well. Surely this fact causes us greater empathy and brings us closer to Pablo’s experience, and perhaps because of that, we have been more moved by all.
I have read a lot of news about these past days, and it seems that the fact that Pablo shared his hard experience in social networks, as well as the campaign he carried out to give more visibility to the need to donate marrow, Caused the donations of marrow to be fired in Spain. This week has happened again. With his death, narrow donations have increased considerably.
This circumstance makes me think of a very basic and regrettable fact at the same time. I really believe there is a vital need to feel the pain close, to react to that pain. I am referring to this need, perhaps arising from the egoism of human survival, to suffer in the first person a strong commotion, or impact on a fact, so that we have to react to an unjust or painful situation.
Perhaps with the example of Pablo , we have all lived so close, through social networks and media, that has led us to that degree of empathy so high that moves reaction, and in this case in particular, to That marrow donations have increased.
In the face of such a negative event, such as a person’s death by illness, I want to stay with the positive fact that if we are changing as a society, it means that we are also changing as individuals and, hopefully, I think that perhaps we are recovering those necessary values and Human beings who, as a society, once lost.