– Hola, querría reservar mesa en el restaurante para cenar mañana
– ¿Cuantos serán?
– Seremos 6 o 10, aproximadamente
– Necesito saber cuantos confirmados
– Confirmados 2, el resto solo bautizados….
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– Pues mi padre cuando murió, me dejó a mi todo el centro del pueblo. Porque a mi hermano mayor le dejo la periferia y todos los arrabales, y a mi hermano menor le dejo la parte norte, pero a mi me dejo solo todo el centro del pueblo.
– No sabia que tu padre fuera rico.
– Rico? Era el cartero!
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– Pues si tío, este tatuaje me lo hice hace 20 años en el puerto de La Habana.
– Como mola!!! Y si te das con jabon, no se va?
– Pues… ahora que lo dices… no se.
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– Doctor, doctor, un amigo se ha tragado el sacacorchos cuando estábamos a punto de cenar!!
– ¿Y que han hecho?
– Hemos abierto la botella con un tenedor.
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– Qué te pasa, hombre, que te veo muy preocupado?
– Nada, tío, que mi negocio de sastre no funciona.
– ¿Pusiste letreros?
– Los más caros.
– ¿Pusiste ofertas?
– Imposibles de igualar.
– ¿Propaganda?
– También.
– Entonces, ¿qué puede fallar?, vamos a ver… Déjame echar un vistazo… Letreros, propaganda, ofertas… bueno, si en vez de poner ZAZTRERIA pusieras SASTRERIA, a lo mejor…
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– Hombre Paco, pero tú, ¿desde cuándo llevas un pendiente?
– Desde que lo encontró mi mujer en el coche y le dije que era mío…
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-¿A qué te dedicas?
– Básicamente a respirar. No gano mucho, pero me da para vivir.
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