EL RACÓ DEL LECTOR/ TIRUPATHAMMA RAKHY.
Los niños pijos no quieren estudiar.
“Ni el agua que fluye de los peces se sacia;
Ni el pez del agua que fluye se sacia.
Ni el alma del mundo se sacia de los enamorados;
Ni los enamorados del alma del mundo se sacian.”
De Yalal ud-Din Rumi (maestro musulmán de gran elocuencia, poeta y filósofo, 1207-1273)
Sucede una inquietante duda ¿Qué nos ha pasado? Se ha creado una revolución tras años, años de esclavitud. Mercenarios de la servidumbre de un sistema consumista e hipócrita. De rostros condenados a hacer horas para pagar todo cuanto el material pueda traer la felicidad que se ha arrebatado. Caprichos que la vejez no recuerda, aunque en el momento ese precio es una sonrisa en un rostro con ojos apagados, de brillos cansados. Sin ilusión. Cuántas veces habré escuchado (oído), sin querer, el suspiro y las palabras <<huir de esta maldita sociedad y perderme en el campo o en las montañas donde no haya nadie más. O en una isla en medio del océano>>.
Los niños pijos no quieren estudiar, buscan la libertad a través de la ignorancia. No saben qué es el sufrimiento. No tener donde caer muerto, no tener un trozo de pan, pasar frío por no tener ropa. Y ahora, la moda es vender la ropa comprada que no se usa, revenderla para así obtener otras nuevas. Y así, el pez que se muerde la cola. La escuela me lo pagan los papis, ellos apoyan ésta, mi, reivindicación. Estos hijos que salen a la calle, los mismos que, con treinta años viven en casa de los padres, porque los precios de los alquileres están por las nubes y buscan sueldos, mínimo, de dos mil euros mensual sin tener que hacer mucho esfuerzo. O los que se independizan, pero piden dinero a sus padres porque no llegan a final de mes, sin abstenerse de sus maravillosas vacaciones endeudándose con el banco y sin devolver ni un céntimo a la familia. Adultos, como adolescentes, actúan sin razonamiento. Luchan por una bandera, coloreadas y dibujadas, gritando en las calles nombres de personas que no conocen y creen en sus palabras. Llevan el sentimiento en las venas, lloran por la situación del personaje y no son capaces de hacer lo mismo por sus familias cuando son inválidos, mayores.
Ellos, los niños pijos que, han nacido teniéndolo todo. Su única batalla es la de estudiar para un futuro prometedor, competir con otros y mirar que la propia economía no falle, así conseguir; lo mejor del mercado. Mejor casa, últimas tecnologías, grandes viajes…etc. Sin embargo, estos días salen a la calle, juntamente con aquellos que comparten tiempo infinito. El pueblo ha salido a la calle. Con banderas, carteles, símbolos dibujados en los cuerpos (y ropas), rostros tapados y encapuchados con armas blancas. Fuego en las venas, en los ojos. Cada paso hacia adelante, es un grito callado, sumisión impuesta. Tan abrumador este teatro de escenas diversas y en todas ellas se presencia fuego.
Combate entre pueblos, gobierno de miradas indiferentes.
Los niños pijos no quieren estudiar.
Tirupathamma Rakhi